By Engineers Sourcing Marketing

BY JOSUE VALLES

Gracias a la pandemia, las habilidades blandas se vieron como un recurso claramente potenciado. Hoy, escuelas de negocios y de talento buscan formar y ayudar a emprendedores, directivos y trabajadores con claves que les serán de vital importancia en su vida laboral.


 

Conocer el liderazgo no quiere decir necesaria y exclusivamente contar con grandes cantidades de conocimiento; también se trata de saber inspirar y guiar a quienes te rodean, cuidando así a las personas que hacen posible que los objetivos se cumplan ayudándolos en su bienestar emocional. No se trata solo en conseguir que los buenos resultados lleven a una organización a la sostenibilidad financiera. Habilidades que se pueden nacer con ellas o adquirir a lo largo de los años. Pero… ¿es posible enseñar el talento?

Según Blanca Milla, directora de Educación Ejecutiva en EDEM, en Valencia: “Absolutamente: el talento puede aprenderse y, una vez aprendido, potenciarlo. Desde la toma de decisiones basadas en datos a la gestión emocional y la resolución de conflictos para dirigir equipos con empatía y eficacia”. Todo ello sumergido en la incertidumbre de un mercado social  en constante transformación que busca, cada vez más, profesionales  que sepan adaptarse sin problema al cambio y comunicar las ideas de forma clara y eficiente. 

Ya sea de la forma que sea: presencial, híbrida u online, las escuelas de talento, al igual que muchos colegios de negocios se encargan  de potenciar estas habilidades usando dinámicas grupales, casos prácticos e incluso habilidades teatrales. Por ejemplo Marina de Empresas, con el ecosistema de emprendimiento e innovación de Juan Roig, aporta a EDEM herramientas asociadas al emprendimiento como la colaboración, el pensamiento crítico o la experiencia junto con el fracaso. “Consiste en explorar y fortalecer sus capacidades mientras potencian su cultura del esfuerzo, de la mano de mentores que vienen de empresas que son líderes”, añade Milla

 

Que buscan las escuelas de talento?

Potenciar tanto las habilidades requeridas para ser un buen líder como las de saber llevar una buena gestión de tu empresa. Existen individuos experimentados y con grandes capacidades que, a la vez, necesitan apoyo en la parte metodológica, con el fin de conseguir  tanto sus objetivos personales como los profesionales. Esto nos lo confirma Alejandro San Nicolás, socio director en la Escuela de Talento de TuConsultor y profesor colaborador de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

Para ello, se centran en las competencias de cada persona y mejoran aquellas donde ven que necesitan más ayuda. “Por ejemplo, no todos ni todas las personas tienen capacidad para tener visión estratégica, y esta herramienta se puede desarrollar tanto como cualquiera”, añade San Nicolás. Otra de las habilidades en la que se centran es la de saber controlar el funcionamiento de una organización o de un áreaen particular; conocer cómo promover la cultura corporativa; y trabajar los elementos de transformación, que es una parte que se considera como la más difícil de desarrollar.

 Por eso San Nicolás nos recuerda que ”La decisión de transformar una organización es uno de los pasos más difíciles que se pueden dar. A la pregunta de si nos vemos igual que ahora en cinco o 10 años, la respuesta siempre debe ser que no. Pero si preguntas qué es lo que va a cambiar, muy pocos directivos apuestan firmemente por estos elementos de futuro y los proyectos que conseguirán que ese cambio transformacional se haga realidad”

Lo esencial que son las dinámicas prácticas 

Para el profesor de la VIU,  existe una gran diferencia entre trabajar el talento como ellos lo hacen, usando dinámicas de grupo y como lo hacen otros usando formación teórica que luego deja lagunas importantes: “Tenemos alumnos y alumnas que, después de acabar un máster en gestión, son incapaces de ejecutar de forma autónoma alguna tarea en empresa. Eso es porque no tienen ni la seguridad ni la solvencia que necesitan, y al final es muy frustrante tanto para ellos como para sus organizaciones”.

Por este motivo, tanto en su escuela de talento como en EDEM aseguran trabajar con desafíos y objetivos relacionados con la vida real. “Siempre trabajamos sobre un caso práctico que tenga cierta complejidad y definimos grupos heterogéneos donde todo el mundo establece roles claros para encontrar una solución. Nosotros sabemos una potencia solución final, pero no es la única, y cada grupo debe exponer el porqué de sus conclusiones”, añade San Nicolás. En su enseñanza todos gozan de exclusividad y de protagonismo, pero no todos deberán explicar la parte con la que se sienten más cómodos. “Ello saca a las personas de su zona confort y permite que se establezca un marco de mejora personal”..

Además en EDEM recurren a un enfoque en el cual los alumnos aplican sus conocimientos “en proyectos reales y desafiantes”, con “mentores y profesores que son grandes expertos de empresas líderes y que brindan una orientación personalizada. Muchos, además, han trabajado en numerosas empresas y equipos, por lo que lo que se traslada a nuestras aulas proviene del mundo real, de los éxitos y fracasos acumulados”, 

 

El impacto que tienen en sus empresas los profesionales formados de esta manera es innegable. “Muchas veces ponemos el ejemplo del barco con o sin capitán. Construimos capitanes y capitanas de primer nivel para las empresas que confían en nosotros, y tenemos mucha experiencia en adaptar también las personas a sus organizaciones, entendiendo ambas necesidades”, ilustra San Nicolás.

La formación en este tipo de habilidades blandas, o soft skills, redunda pues en beneficio para todos y se podría resumir en una frase: cuanto mejores sean nuestros profesionales, mejores serán nuestras empresas, a las que esas personas podrán guiar hacia un cambio innovador, la innovación y la excelencia. Y servirá para atajar lo que Milla considera como una crisis de liderazgo, gracias a la formación adecuada. “Las empresas del siglo XXI se centran en las personas y la sostenibilidad, y por ello han de basar su estrategia en tres ejes: los resultados, el equipo y el individuo. Un buen líder tiene que conocer en detalle a cada una de las personas de su equipo, dedicarles tiempo y preocuparse por ellos”, cuenta.

¿Quién puede beneficiarse de las escuelas de talento? CEOs, CFOs, CTOs… Son muchos los puestos directivos y los mandos intermedios que necesitan llevar al papel sus decisiones, “pero según nuestra experiencia, muchas veces saben manejar las decisiones de hoy pero no ciertos elementos como el cambio, la transformación o el avance estratégico”, afirma San Nicolás, que además destaca la necesidad de potenciar el talento sénior: las personas de más de 50 años, amenazados por EREs o jubilaciones, tienen mucho que aportar a las pymes si son capaces de regular sus expectativas y entender cómo pueden apoyar de forma más efectiva.

https://elpais.com/economia/formacion/2023-08-17/se-puede-ensenar-el-talento.html

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