By Engineers Sourcing Marketing

BY JOSUE VALLES

La competitividad cada vez es más presente y lejos de ser un incentivo, suele resultar atemorizante. La solución se encuentra apoyándote en esos dones que posees, esperando a que los dejes salir


 
 

¿Recuerdas lo sencillo que te resultaba resolver rompecabezas cuando eras niño? ¿Qué tan hábil eras saltando la cuerda o cuán talentoso eras dibujando?

Probablemente pasabas horas practicando y disfrutando de esas habilidades que, sin darte cuenta, te hacían único. Es posible que muchos de esos dones hayan quedado en el olvido, sepultados bajo las responsabilidades de la vida adulta, las expectativas de los demás, las críticas o los temores. No obstante, siguen ahí, latentes, y pueden ofrecerte una valiosa pista acerca de tus habilidades innatas que pueden impulsar tanto tu crecimiento personal como profesional, permitiéndote destacar del resto.

Hablamos con frecuencia de cómo hacernos visibles en el ámbito laboral, de la importancia de tener un propósito de vida claro y de las estrategias que pueden contribuir al avance de nuestra carrera. Sin embargo, en ocasiones, pasamos por alto el proceso de autorreflexión para descubrir verdaderamente lo que tenemos para ofrecer al mundo. Dos expertas en el ámbito del talento nos explican la relevancia de reconocer estas cualidades especiales, cultivarlas y canalizarlas de manera efectiva.

Raquel Flores es una agente de talentos y experta en la gestión y asesoramiento de carreras profesionales para comunicadores, personalidades e influencers. Ella es la mente detrás de Talenqa Red y una parte fundamental de su labor consiste en identificar talentos para permitirles brillar. Explica que localizar estas habilidades es esencial para su desarrollo y potenciación. “Debemos reflexionar sobre las actividades que realizamos con naturalidad y en las que sobresalimos, más allá del esfuerzo y la formación. Esto es fundamental para construir una carrera profesional que nos haga sentir realizados y en paz”.

Ana Lorente es una coach laboral que a través de Muy Ciela ofrece mentorías, cursos y talleres en los que combina su pasión por la astrología con el desarrollo del potencial individual. Ella resalta que cuando hablamos de talento, no debemos limitarnos únicamente a las habilidades profesionales, ya que son aptitudes que nos llenan de energía y abundancia. “Cultivar nuestros talentos, trabajar en ellos y expandirlos nos conecta con la mejor versión de nosotros mismos. Estamos en este mundo para crecer, y la felicidad tiene mucho que ver con sentirnos útiles”.

La pregunta de si el talento es innato o se adquiere a lo largo del tiempo ha dado lugar a diversas teorías y no se ha llegado a un consenso definitivo. Lo que algunos consideran un don natural, para otros es el resultado de la perseverancia. Sin embargo, si lo analizamos detenidamente, es probable que ambas perspectivas sean ciertas. Raquel, por ejemplo, opina que el talento es algo con lo que nacemos y que, en ocasiones, se manifiesta desde temprana edad, siendo evidente en diferentes momentos de nuestra vida. Sin embargo, en otros casos, estos talentos pueden no ser evidentes de manera inmediata, debido a que no hemos tenido la oportunidad de ponerlos en práctica. En estos casos, requieren estímulos y oportunidades para desarrollarse. Raquel destaca la importancia de explorar y, en el último escenario, aventurarse a probar actividades no habituales que puedan ayudarnos a descubrir estos talentos sin temor al error.

¿Es posible desarrollar un talento aunque no seamos buenos en ello por naturaleza? Ana confirma firmemente que sí. Así como las habilidades innatas pueden desvanecerse si no se practican y perfeccionan, las habilidades se pueden desarrollar mediante esfuerzo y dedicación.

Además, Ana aporta un interesante enfoque astrológico a la ecuación: “Todos tenemos a Júpiter en nuestra carta natal, lo que representa nuestra expansión y por tanto ofrece pistas sobre nuestros talentos innatos. “Júpiter es como una niña que sólo dibuja, baila o resuelve acertijos. sin ninguna preparación.” Sin embargo, Ana destaca que el talento requiere de un trabajo constante. “Basta con mirar a los atletas de alto rendimiento, la mayoría de ellos tienen talento natural, pero el éxito sólo llega con la práctica, la perseverancia y la disciplina. Esto se aplica a todas tus habilidades. Busca modelos a seguir en tu campo que te inspiren a mejorar cada día, pero sobre todo, disfruta el proceso. Invierte tiempo en algo que te apasione y eres capaz de empezar todo.”

La cuestión de si el talento es innato o se adquiere a lo largo del tiempo ha dado lugar a diversas teorías, y no se ha llegado a un consenso definitivo. Lo que algunos consideran un don natural, para otros es el resultado de la perseverancia. Sin embargo, si lo analizamos detenidamente, es probable que ambas perspectivas sean ciertas. Raquel, por ejemplo, opina que el talento es algo con lo que nacemos, y en algunas ocasiones, se manifiesta de forma temprana, siendo evidente en distintos momentos de nuestra vida. Sin embargo, en otros casos, estos talentos pueden no ser evidentes de manera inmediata, ya que no hemos tenido la oportunidad de ponerlos en práctica, y necesitan estímulos para desarrollarse. Por lo tanto, resulta fundamental buscar y, en el último escenario, aventurarse a probar actividades no habituales que nos permitan descubrir estos talentos, sin temor a cometer errores en el proceso.

Lorente está de acuerdo y agrega que a menudo nos preocupamos tanto por los resultados que terminamos “reprimiendo nuestros talentos y vocaciones, centrándonos solo en objetivos que parecen tener más salidas. En este proceso, nos llenamos de frustración, inseguridades, infelicidad y, por supuesto, fracaso. Te recomiendo que reflexiones sobre las áreas en las que siempre te han criticado por ser “demasiado” de algo. ‘Esta niña es demasiado habladora, demasiado inquieta, demasiado callada, demasiado soñadora, demasiado obstinada, demasiado introvertida, demasiado tranquila’… Convierte estos “demasiados” en talentos inquebrantables, trabájalos y equilíbralos para que sirvan a tus propósitos”.

Una vez que hemos identificado y categorizado nuestro talento, es esencial transformarlo en valor y ponerlo en acción, como explican desde Talenqa Red. “Esto se logra a través del trabajo, el método, la estrategia y la creatividad. Debemos entrenar nuestras habilidades, rodearnos de profesionales que nos ayuden en el ámbito de la formación y en el ámbito profesional, promoviendo así nuestro crecimiento. Comunicar el talento que poseemos, dar visibilidad en los espacios adecuados a quiénes somos y en qué somos buenos es otro paso crucial, y también se puede aprender. Todos deberíamos considerar tener nuestro propio departamento de I+D donde desarrollemos y perfeccionemos nuestros talentos, y donde la formación continua y el desarrollo de competencias tengan un papel destacado”.

Flores termina diciendo: “Mi pasión es guiar a los profesionales con los que trabajo, diseñando estrategias de diferenciación que les permitan crecer y evolucionar. Para lograrlo, pongo el foco en ellos y en su talento. Me preocupan especialmente sus deseos y necesidades, identifico las áreas y campos en los que se sienten genuinamente felices de manera natural, para ayudarles a destacar”.